El síntoma más destacado en un infarto es el dolor opresivo e intenso en el pecho (como si tuviera un peso grande encima del pecho), que no se modifica con los movimientos ni con la respiración. En ocasiones se difunde hacia la mandíbula, cuello, espalda, o alguno de los brazos. Puede ir acompañado de dificultad para respirar, mareo, sudor frío, palidez, náuseas y vómitos.

Lo primero es llamar al servicio de emergencias sanitarias para solicitar ayuda, explicando los síntomas del paciente y respondiendo a las preguntas que nos hagan. Si el paciente tiene antecedentes cardiológicos, darle la pastilla o spray recomendado.