El presidente de EE. UU., Joe Biden, defendió ayer su decisión de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán y culpó al Gobierno y al Ejército afgano del caos que se ha desatado tras el rápido avance de los talibanes y la toma de Kabul.

En vez de dar marcha atrás, Biden se mantuvo firme en su intención de acabar con la guerra más larga de la historia de EE. UU. y rechazó las críticas de sus adversarios republicanos y de organizaciones defensoras de los derechos humanos que acusan a Washington de haber abandonado al pueblo afgano.

“Me reafirmó por completo en mi decisión. Después de 20 años he aprendido de la manera más dura que nunca habrá un buen momento para retirar las tropas estadounidenses”, dijo el mandatario en un discurso a la nación desde la Casa Blanca y marcado por un afilado tono desafiante.