Según dijo el autor al New York Post, la reina Isabel II debe su longevidad a su empeño en seguir y mantenerse activa, aunque siempre consciente que los excesos físicos están de más en Buckingham. “Mucha gente tiende a pensar que la longevidad requiere una rutina de ejercicios físicos muy rigurosa”, dice Kozlowski. La reina de Inglaterra, por el contrario, es partidaria del “ejercicio sensato”.

La monarca se ha conformado con seguir practicando algunos de sus pasatiempos favoritos como montar a caballo y dar caminatas con sus corgis por los jardines de Frogmore House en el entorno del Castillo de Windsor, tal y como ha hecho toda la vida. “Los estudios dicen que el tipo de ejercicios que se consiguen mantener son aquellos que a uno le causan placer”, explica Kozlowski.