Hace dos meses, España se conmovió por el caso de un padre que secuestró a sus hijas y las asesinó. Una tenía seis años y la otra, uno. Ocurrió en Tenerife, en las Islas Canarias. El hombre, Tomás Gimeno, habría drogado a Anna y Olivia, antes de matarlas. 

Ahora, se halló el cadáver de la mayor, a 1.000 metros de profundidad, atada a un ancla. Las sospechas indican que la menor habría sufrido el mismo destino, aunque el cuerpo aún no aparece.