Aumenta la pobreza, disminuye la clase media, se disparan los multimillonarios. En la funesta era de la pandemia, América Latina, la región con mayores desigualdades del planeta, ha visto exacerbarse sus desequilibrios y retroceder los avances alcanzados en las últimas décadas. 

Es un impacto sistémico que amenaza los precarios ecosistemas políticos del hemisferio y da combustible a las crecientes protestas sociales. Uno de los indicadores más claros de esta degradación lo ha ofrecido un demoledor informe del Banco Mundial que ha certificado esta semana el fin de lo que en su día fue uno de los mayores logros zonales: la clase media ha dejado de ser mayoritaria en Latinoamérica.