La población dominicana manifiesta incertidumbre ante la aplicación de una tercera vacuna contra el COVID-19 porque entiende que no hay aval científico, no la considera necesaria o tuvieron malas experiencias con la colocación de la primera o la segunda dosis.

A pesar de que semanas atrás los centros de vacunación estaban abarrotados de personas de todas las edades, la asistencia disminuyó significativamente las últimas dos semanas.