El temor de ser el próximo en recibir la noticia de que su familiar falleció a causa del COVID-19 se apodera de las personas que este domingo se reúnen en el hospital infantil Luis Eduardo Aybar.

El centro se ha visto en la obligación de habilitar otro furgón, junto al que ya tenían, para conservar los cuerpos de los fallecidos, debido a que el hospital aún no cuenta con una morgue.

A primeras horas de la mañana, un carro fúnebre retiraba un cuerpo de uno de estos dos furgones que tienen una capacidad para albergar nueve personas cada uno. Mientras que, familiares preocupados esperaban noticias sobre su paciente.