Las decisiones que afronta Guillermo Lasso, que toma posesión este lunes como presidente de Ecuador, son arriesgadas. En su país, como en muchos otros de América Latina, las demandas sociales y económicas son muchas y la amenaza de incendiarias protestas espera latente.

Para cumplir con sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional, Lasso debe hacer crecer la economía y recaudar más impuestos. La vecina Colombia es un ejemplo al que mirar, tras la oleada de protestas que comenzaron con el anuncio de una reforma tributaria y que aún se mantienen en numerosas ciudades del país.