Acorralada y arrastrando un nivel de descrédito sin precedentes, zarandeada por las críticas y la sospecha pública, la Cámara de Cuentas acaba de superar momentos oscuros, al dar un gran salto con nuevos miembros y asumir una misión desafiante, mientras los ciudadanos han optado por colgar sus esperanzas en el rigor del juramento de honor de los nuevos incumbentes.

El Senado dominicano escogió ayer a los cinco miembros del ente fiscalizador del Estado, recayendo la presidencia de ese organismo en Janel Andrés Ramírez.