Bajo una llovizna, con una expresión escéptica en el rostro y paquetes de papeles en las manos, una multitud de personas, todos de apellido Rosario, inauguró el gobierno de Luis Abinader con su primera protesta frente al Palacio Nacional. Exigen al presidente intervenir para entregarles una astronómica suma de dinero, supuestamente traída a bancos dominicanos y distraída por gobiernos pasados.

Caminaron por la avenida Doctor Delgado hacia abajo, hasta una cerca previamente instalada por la Policía, en la avenida México, quedando frente a una esquina de la casa de gobierno, donde se mezclaron con las mujeres vestidas de verde que luchan por la inclusión de tres causales para permitir el aborto en el Código Penal.