En total pobreza y afectados psicológicamente terminaron los miembros de la congregación religiosa de Colombia que hasta el día de ayer esperaban el fin del mundo y la llegada de Jesús tras varias semanas de encierro, ahora no saben nada de su pastor ni del dinero y los bienes que les entregaron.

Aunque los fieles de la iglesia esperaron hasta tarde finalmente no se fueron al cielo, Jesús no vino como el pastor les había confesado y ahora muchos no saben qué hacer.