Todo empezó la madrugada del domingo 29 de noviembre. El país despertó con la noticia de un fuerte operativo en marcha.
Con un nombre raro: “Operación Anti-pulpo”, asociada a un voraz molusco de cabeza ovalada y largos tentáculos; luego 11 arrestos, diez días de encierro, cargos graves de corrupción, tres días de audiencias y más de 27 horas de agotadoras jornadas de debates, imputaciones y defensas.
Ayer, a las 8:04 minutos de la noche, el juez José Alejandro Vargas ordenó el envío a prisión preventiva a siete y el arresto domiciliario de tres de un grupo de 11 imputados por el ministerio público, entre exfuncionarios del pasado gobierno y alegados testaferros, de robo al tesoro público. Se dispuso la libertad pura y simple a favor de otro encartado.