A medida que los cielos se despejan sobre Honduras y Nicaragua comienza a revelarse la muerte y la devastación dejadas por el potente huracán Iota. Pero, con gran parte del norte de Nicaragua y Honduras aún bajo el agua, podrían pasar varios días antes de que se conozca la gravedad del más reciente desastre natural que asola a Centroamérica.

En Nicaragua, cuatro adultos y dos menores fallecieron como resultado del embate de Iota, dijo la vicepresidenta Rosario Murillo. Además, un deslizamiento de tierra en el Macizo de Peñas Blancas, en el norte del país, enterró a 12 personas en el caserío de La Dalia, según República 18, un medio de comunicación digital independiente en Nicaragua. Se rescató a cuatro personas, pero se teme que las otras ocho hayan muerto.