Algunas vacunas contra la COVID-19 contienen escualeno, una sustancia extraída de los tiburones, los cuales ahora corren un serio peligro de producirse estos medicamentos de manera masiva.

La organización Shark Allies, organización dedicada a la conservación de tiburones, precisó que hasta tres millones de ejemplares son capturados cada año tan solo para obtener la mencionada sustancia. Se estima que se necesitarían alrededor de medio millón de ejemplares para obtener una cantidad suficiente como para producir las vacunas necesarias que permitirían inmunizar con dos dosis a toda la población del planeta.