Colombia despertó de nuevo con la noticia de una nueva masacre que la devuelve al pasado cuando los grupos armados cometían asesinatos colectivos con impunidad. Ocho jóvenes de entre 17 y 26 años fueron asesinados a tiros en el municipio de Samaniego (Nariño), en el sur del país, la noche del sábado al domingo. Esta segunda matanza en pocos días, después de que cinco adolescentes fueran degollados en Cali, ha escandalizado a los colombianos. Según el gobernador de Nariño, Jhon Rojas, la incursión armada del sábado en una casa donde había una treintena de jóvenes dejó también varios heridos. “La presencia de grupos armados en Nariño viola el Derecho Internacional Humanitario y sume en el terror a la comunidad”, ha dicho el mandatario regional y ha agregado que en los últimos dos meses se han registrado más de 20 homicidios en Samaniego, un municipio de 49.000 habitantes históricamente afectado por la violencia.