El papa Francisco, en el día de su 83º cumpleaños, puso fin a una de las históricas excusas sobre las que se edificó durante décadas el muro de silencio en torno a los abusos cometidos por miembros de la Iglesia. El Pontífice ha promulgado dos nuevas leyes que, entre otras cosas, liquidarán el secreto pontificio —que viene impuesto desde 1972 en asuntos e investigaciones de particular gravedad— en los casos de abusos a menores por parte de representantes de la Iglesia.

La nueva norma se propone eliminar el entorpecimiento deliberado en los casos de pederastia y agilizar la tramitación de las denuncias y su posible traspaso a las autoridades civiles en caso de que el país donde se hayan producido obligue a ello, tal y como sucede ya en Estados Unidos. La ley no afecta al secreto de confesión, que sigue completamente vigente también cuando ampare este tipo de delitos. Los canonistas consideran que el paso dado por el Papa para suprimir una norma que hasta 1974 se llamaba “secreto del Santo Oficio” es un gran avance hacia la transparencia que reclaman las víctimas. Davide Cito, profesor de la Universidad de la Santa Croce en Roma, cree que permitirá que “Estado e Iglesia colaboren en la búsqueda de la verdad en casos fundamentales”. “Pero eso no significa que todo sea de dominio público, porque el secreto deberá seguir siendo un instrumento para proteger la honorabilidad, pero no para encubrir”, añade.

Fuente: elpais.com