Nuevas imágenes difundidas por las autoridades han mostrado el horror vivido durante la masacre en el club Pulse de Orlando, ocurrida en junio pasado. El material, grabado por la cámara corporal de un oficial, deja ver el macabro escenario: luces giratorias aún encendidas, el piso cubierto de sangre y decenas de teléfonos celulares sonando sin respuesta entre los cuerpos de las víctimas.

El ataque, considerado uno de los tiroteos más mortales en la historia de Estados Unidos, dejó un saldo de 49 personas asesinadas y más de 50 heridas. Los registros audiovisuales han impactado a la opinión pública al reflejar la magnitud de la tragedia y la desesperación vivida en el interior del recinto nocturno, donde el pánico se apoderó de los sobrevivientes.

Las autoridades recordaron que este material se presenta como evidencia y como testimonio de lo ocurrido, al tiempo que reafirmaron su compromiso de honrar la memoria de las víctimas y reforzar las medidas de seguridad. La difusión de estas imágenes vuelve a reavivar el dolor de familiares y comunidades, especialmente la LGBTQ+, directamente golpeada por este acto de violencia.