En un alarmante episodio ocurrido en la isla venezolana de Margarita, el líder criminal conocido como El Conejo Rodríguez fue acribillado a balazos a la salida de una discoteca, pocos días después de haber obtenido su libertad. La muerte del narcotraficante, quien había controlado durante años a los internos de una prisión local, desató una insólita y aterradora reacción tras las rejas.

Decenas de reos, subidos en la azotea del penal, exhibieron sin pudor un arsenal militar compuesto por armas largas y cortas, realizando prolongadas ráfagas de disparos al aire como tributo de despedida. Según testigos, el cuerpo sin vida de El Conejo Rodríguez fue llevado de regreso a la cárcel, donde los internos le rindieron homenaje. Para completar la escena, pintaron en la pared del recinto una imagen del líder junto al retrato del fallecido presidente Hugo Chávez.

El insólito suceso, que se viralizó en videos por redes sociales, ha generado pánico entre los vecinos y fuertes cuestionamientos a las autoridades venezolanas. Las imágenes evidencian la absoluta impunidad con la que operan los reclusos, portando armas y municiones sin que se observe intervención oficial alguna.