Las polémicas declaraciones del exdiputado Alfonso Crisóstomo, conocido como “El Querido”, continúan provocando reacciones en cadena. Luego de que se viralizara su entrevista con el periodista Jaime Tomás en Santiago, donde el político se jactaba de tener una “segunda base” en su vida amorosa, ahora ha sido su propia esposa, Isolina Bruno, quien rompió el silencio. En un video ampliamente difundido, Bruno dejó claro que no tolerará más irrespeto, ni hacia ella ni hacia su hija, asegurando que el divorcio es inminente y que no hay vuelta atrás.
“Es un irrespeto que no voy a soportar”, declaró firmemente la esposa del exlegislador, visiblemente afectada. Rechazó la idea de ser una “mujer democrática” en términos de compartir la intimidad de su esposo con otras mujeres y exigió respeto por su dignidad y la de su hija, quien también ha sufrido las consecuencias de la exposición mediática del escándalo. Con estas declaraciones, la figura de Crisóstomo, antes percibida por algunos como folclórica, queda completamente desmantelada en lo personal y lo público.
Fuentes aseguran que, además de haber sido abandonado por su esposa, Crisóstomo enfrenta una posible expulsión del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), donde su comportamiento ha sido considerado un antivalor incompatible con la ética política que la organización busca proyectar. La caída de “El Querido” marca un episodio aleccionador sobre los límites de la vida pública y el respeto a la familia, en una sociedad que exige cada vez más decencia a sus representantes.



