Un intento de atraco en la urbanización Enríquez, detrás de la antigua base aérea de Santiago, culminó con uno de los delincuentes arrollado por un vehículo y otro herido de bala por un disparo que le destrozó la pierna. El hecho ocurrió cuando dos jóvenes interceptaron a una mujer que salía rumbo a sus labores. Vecinos señalan que la zona está asediada por delincuentes que atacan a cualquier hora del día, sin tregua.
De acuerdo con los testimonios recogidos en el lugar, un conductor que presenció la escena embistió con su vehículo a uno de los asaltantes en un intento por detener el crimen. Mientras tanto, un miembro de la seguridad del sector disparó al segundo ladrón desde una azotea, dejándole la pierna colgando por los nervios. A pesar de su intervención, el ciudadano que atropelló al delincuente fue detenido por la Policía Nacional para fines de investigación, lo que ha generado controversia entre los residentes.
Muchos comunitarios exigen que, en lugar de ser sancionado, el hombre sea condecorado por su valentía, argumentando que “estamos hundidos de ladrones” y que la ciudadanía se ve obligada a actuar ante una ola delictiva incontrolable. La situación ha avivado el debate sobre la justicia por mano propia en el contexto de una creciente inseguridad urbana.



