En una íntima conversación, Vladimir Guerrero, un veterano de las Grandes Ligas, reflexiona sobre su carrera, sus relaciones y su futuro, mientras recuerda con cariño su primer año jugando junto a Pedro Martínez en 1997.

“Jugué mi primer año en ’97 con él y vivimos juntos,” comenta Vladimir Guerrero, evocando los días compartidos con el legendario lanzador dominicano. “Creo que me ayudó bastante vivir con Pedro Martínez. Lo que hacía después con los novatos, me sentí bastante contento de que me ayudara a compartir más con los que subían a las grandes ligas.”

La transición de ser un novato a compartir equipo con una figura ya consolidada como Martínez no fue fácil, pero fue enriquecedora. “Pedro tenía cuatro años siendo un hombre importante de la rotación y ese año pasó a ser el principal,” explica Guerrero. “Compartimos bastante, especialmente antes de saber si iba a ser parte del equipo. Después de que hice el equipo, tuve una lesión que me partió el pie izquierdo. Siempre nos llevábamos bien, íbamos en conjunto temprano al entrenamiento.”

La temporada de 1997 fue especial, no solo por ser su primer año, sino por el impacto de Pedro Martínez en el montículo. “Ese año, Pedro Martínez dio ese boom y ganó el Cy Young. Aunque el equipo a veces no lo ayudaba, ganábamos juegos bien apretados. A veces no había mucha cámara en Montreal, pero al final, gracias a Dios, le dieron el Cy Young, su primer Cy Young. Me sentí bastante contento por él.”

La conexión entre ambos no se ha perdido con el tiempo. “Ni siquiera el último día del año o comenzando el año dejamos de vernos. Antes de irse, el sábado estábamos jugando softball en Manoguayabo. Siempre estamos en contacto.”

Con la mirada puesta en el futuro, Vladimir Guerrero no descarta su ingreso al Salón de la Fama, siguiendo los pasos de su amigo y compañero.