En una mañana que debería haber sido de celebración, la vida de Alan Shepard Hernández, de 17 años, dio un giro inesperado y traumático. El pasado 20 de noviembre, mientras él y su madre, Denise Hernández de la Nuez, cruzaban la avenida Bartolomé Colón en Santiago, una patrulla de la Policía Nacional de Dicrim irrumpió a gran velocidad, impactando brutalmente al joven y dejándolo gravemente herido.

Denise relata cómo aquel día, en el que Alan celebraba su cumpleaños número 17, se convirtió en una pesadilla. “Íbamos a comprar regalos para su celebración, estábamos felices”, recuerda con nostalgia. Sin embargo, el destino tenía otros planes. Mientras cruzaban la calle con el semáforo en rojo, la patrulla policial, conduciendo en sentido contrario y a toda velocidad, los golpeó sin previo aviso.

El impacto fue devastador. Alan fue arrastrado por la camioneta hasta que finalmente se detuvo al chocar contra un muro. En medio del caos y la desesperación, Denise luchaba por salvar a su hijo mientras clamaba por ayuda, pero la asistencia no llegaba. “Nunca tomaron la iniciativa de levantar al joven”, lamenta.

Finalmente, dos o tres civiles se acercaron para ayudar a Alan y lo trasladaron en un vehículo público hacia la clínica más cercana. A pesar de los esfuerzos médicos, su pierna derecha no pudo ser salvada.

Desde entonces, Alan ha sido sometido a varias cirugías y se encuentra en proceso de recuperación, mostrando una sorprendente fortaleza y positividad a pesar de las circunstancias. “El único consolador es el Espíritu Santo”, comparte Alan, destacando su fe como fuente de fortaleza en este difícil camino hacia la recuperación.

Sin embargo, la tragedia ha dejado su huella en los sueños del joven, quien aspiraba a convertirse en un destacado deportista. “Estaba listo para entrar en ese mundo del deporte”, confiesa Alan, cuyos planes se han visto truncados por el accidente.

Paradójicamente, la madre de Alan, Denise Hernández de la Nuez, quien es jueza de tránsito, ha estado clamando por justicia desde el mismo día del accidente. Con determinación, busca que se haga responsable a quienes causaron el sufrimiento de su hijo.