La administración Trump ha iniciado un recorte de personal en el Servicio de Impuestos Internos (IRS), despidiendo a unos 6,700 empleados en las últimas horas, según fuentes familiarizadas con el asunto. Los trabajadores afectados estaban en algún tipo de período de prueba, lo que facilitó su desvinculación.

Los despidos ocurren en plena temporada de impuestos, un momento en el que la oficina, adscrita al Departamento del Tesoro, se enfrenta a un alto volumen de consultas y procesamiento de documentos por parte de los contribuyentes.

Un juez federal ha permitido que Trump continúe con estos despidos masivos dentro del gobierno. El magistrado Christopher R. Cooper expresó su simpatía con la demanda de un sindicato que buscaba detener la medida, pero afirmó que la corte federal no era el foro adecuado para presentar la querella.

Los sindicatos han intentado frenar tanto los despidos como la orden ejecutiva del 11 de febrero, que establece reducciones a gran escala en la plantilla federal. Sin embargo, la administración sigue adelante con su plan, generando preocupación entre los empleados públicos y los ciudadanos que dependen de los servicios del IRS en esta época clave del año.