México continúa sumido en una ola de violencia derivada de la lucha por el control del Cártel de Sinaloa, enfrentamientos que fueron anticipados hace más de una década por el propio Joaquín “El Chapo” Guzmán. En una conversación sostenida con el ex jefe de la DEA en México, Joe Bond, antes de su primera fuga de la prisión de Puente Grande, el capo advirtió que la traición entre sus hombres traería consecuencias sangrientas. Hoy, esa predicción se cumple con las disputas entre los hijos del Chapo y antiguos aliados.
Los operativos militares recientes en Sinaloa y Nayarit dejaron evidencias de una guerra abierta: vehículos blindados destruidos, casquillos de alto calibre y múltiples víctimas. En una ofensiva aérea y terrestre, la Marina abatió a Juan Francisco Patrón Sánchez, alias H-2, líder del grupo de los Beltrán Leyva, y posteriormente a su sucesor, conocido como H-9. Sin embargo, la violencia se ha intensificado entre facciones que antes colaboraban con el Cártel de Sinaloa, hoy divididas entre los hijos del Chapo Guzmán, Dámaso López “El Licenciado” y Isidro Meza “El Chapo Isidro”.
El exagente Bond reveló en exclusiva a Noticias Telemundo que Guzmán ya demostraba un poder imponente dentro de la cárcel y que pretendía hablar de políticos vinculados al narcotráfico, algo que el gobierno mexicano de ese entonces no permitió. “Las personas sabían las consecuencias”, dijo el Chapo, refiriéndose a sus enemigos. Hoy, sus palabras resuenan mientras Sinaloa vive una nueva etapa de terror, marcada por alianzas rotas, ajustes de cuentas y la ausencia de un liderazgo indiscutible.