La vida de Edward Guerrero, un joven de 19 años oriundo de Haina, cambió de forma radical tras ser seleccionado para desfilar en la prestigiosa pasarela de Milán bajo la firma italiana Versace. Guerrero trabajaba como conserje en una universidad cuando su talento llamó la atención de un cazatalentos.

El descubrimiento ocurrió mientras Guerrero caminaba hacia su empleo y fue detenido por Sandro Guzmán, presidente de Oxygén Models Management, quien quedó impactado por sus rasgos y su porte físico. Con una estatura de 6 pies y 2 pulgadas, el joven fue fotografiado con un celular y enviado de inmediato a agencias internacionales.

Guzmán afirmó que el exotismo de Guerrero captó rápidamente el interés de sus colegas en el extranjero, permitiéndole iniciar una carrera que parecía lejana para un joven de origen humilde. Su debut en la pasarela de Milán marca el cumplimiento de un sueño inesperado y abre nuevas oportunidades dentro de la industria de la moda.