Una protesta pacífica realizada anoche en Dallas terminó en tragedia luego de que varios francotiradores abrieran fuego desde posiciones estratégicas, causando una escena de caos y confusión. De acuerdo con las autoridades, los disparos no fueron dirigidos específicamente contra la policía ni contra un grupo particular de manifestantes, sino que impactaron indiscriminadamente a la multitud. Como resultado, seis personas murieron y otras 23 resultaron heridas, muchas de ellas en estado crítico.
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se encuentra ya en el país y se dirigió a la nación para condenar enérgicamente los hechos, calificándolos como un acto cobarde y sin justificación. Varias instituciones, incluyendo los cuerpos policiales y organizaciones civiles, también han condenado este atentado que vuelve a poner en alerta a todo el territorio estadounidense.
Uno de los francotiradores fue identificado como principal sospechoso y, según reportes preliminares, fue localizado tras cometer los disparos. Las autoridades confirmaron que se trata de un hombre de apariencia robusta y morena, alejado del estereotipo militar, lo que ha generado aún más preocupación entre los investigadores. Las pesquisas continúan para determinar si actuó solo o como parte de un plan coordinado.