La comunicadora Diulka Pérez exhortó este martes a la sociedad dominicana a mirar con más empatía a los sectores vulnerables del país, destacando la importancia de los programas de asistencia social como herramientas necesarias para aliviar la carga de miles de familias. Durante su participación en La Z 101, Pérez afirmó que muchas veces se critican los subsidios desde una posición de comodidad, sin conocer la realidad de quienes dependen de ellos para sobrevivir.

La periodista centró su comentario en el caso de Juan Felipe Pichardo, un joven con parálisis cerebral que, pese a su condición, ha logrado desarrollarse y servir de ejemplo de superación. A través de su historia, Pérez resaltó el valor de los programas como Supérate, que ofrecen apoyo económico y social a familias con integrantes que padecen discapacidades severas. “Esos 6,500 pesos que se entregan mensualmente no son un gasto, son una inversión en la dignidad humana”, enfatizó.

Asimismo, la comunicadora recordó que muchas madres dominicanas no pueden salir a trabajar porque deben dedicarse al cuidado permanente de sus hijos o familiares con condiciones especiales. En ese sentido, abogó por el fortalecimiento de programas de formación para cuidadores profesionales que puedan asistir a esos hogares. “No se trata de dinero malgastado; es una inversión en el bienestar de los más frágiles de nuestra sociedad”, sostuvo.

Pérez subrayó que los subsidios sociales deben ser vigilados y transparentados, pero nunca eliminados. “Debemos entender que no todos los dominicanos tienen las mismas oportunidades. Mientras algunos debatimos sobre presupuestos, hay familias que no tienen cómo alimentar o trasladar a un hijo enfermo. Desde nuestra comodidad, debemos recordar que los vulnerables necesitan esas ayudas sociales”, concluyó.

Finalmente, Diulka Pérez llamó a las autoridades a reforzar la supervisión de los programas sociales para garantizar que los recursos lleguen realmente a quienes los necesitan. Subrayó que la eficiencia y la empatía deben ir de la mano, porque “la pobreza no se combate solo con discursos, sino con acciones concretas y humanas”.