El sector salud en República Dominicana expresó su profunda indignación y preocupación tras el asalto a mano armada ocurrido en el Hospital Marcelino Vélez Santana, donde pacientes que aguardaban para recibir atención médica fueron víctimas de delincuentes. El hecho ha generado alarma entre los usuarios y trabajadores del centro de salud, quienes exigen respuestas inmediatas sobre la seguridad en las instalaciones.

Según reportes preliminares, los delincuentes ingresaron al área de espera y despojaron a varios pacientes de sus pertenencias, incluyendo dinero y teléfonos móviles, antes de abandonar el lugar. Afortunadamente, no se reportaron heridos, aunque el trauma psicológico de los afectados ha encendido la preocupación de las autoridades sanitarias.

Este incidente reaviva el debate sobre la seguridad en los hospitales públicos del país, donde se han registrado casos similares en los últimos años. Personal médico y pacientes coinciden en que la falta de vigilancia efectiva expone a ciudadanos vulnerables a riesgos innecesarios, afectando la confianza en el sistema de salud.

Representantes del sector salud han hecho un llamado a las autoridades correspondientes para reforzar los controles de acceso y aumentar la presencia policial dentro y alrededor de los centros hospitalarios. Señalan que la protección de los pacientes debe ser prioritaria, especialmente en hospitales donde se atienden emergencias y pacientes en condiciones delicadas.

Asimismo, organizaciones sindicales y gremiales han pedido la instalación de cámaras de seguridad, sistemas de alarma y protocolos claros de actuación ante situaciones de violencia, con el objetivo de prevenir que sucesos como este se repitan. También instan a que se realicen auditorías de seguridad periódicas para identificar vulnerabilidades.

El incidente en el Hospital Marcelino Vélez Santana se suma a una serie de alertas que han motivado al sector salud a exigir políticas más firmes y efectivas de seguridad hospitalaria, buscando garantizar que los pacientes puedan recibir atención médica sin temor a ser víctimas de actos delictivos dentro de los centros de salud públicos.