En palabras de José Laluz, la llegada de un fenómeno natural parece desatar una serie de reacciones en cadena que afectan tanto la psicología como el comportamiento de la sociedad.
“Desde que viene un fenómeno natural, la gente compra comida como si fuese un cataclismo”, expresa Laluz, resaltando como el temor a la incertidumbre genera una respuesta instintiva en las personas.
Este comportamiento, aunque podría parecer exagerado a primera vista, tiene sus raíces en una combinación de factores históricos y emocionales. La memoria colectiva de desastres pasados y la necesidad de asegurar la supervivencia son dos elementos clave que impulsan esta acción de acopio.
Laluz señala que este fenómeno no solo evidencia la capacidad de adaptación del ser humano, sino también la importancia de la comunicación efectiva en situaciones de emergencia. Si se logra brindar información clara y tranquilizadora, es posible mitigar el pánico y la reacción excesiva ante la llegada de fenómenos naturales, permitiendo que las compras y preparativos sean más racionales y acordes a la situación real.