Alberto Vargas “Quienes estamos en los medios tenemos un límite establecido que deben respetar”.
El comunicador Alberto Vargas hizo un llamado a la reflexión sobre los excesos cometidos por figuras públicas y usuarios de redes sociales que, amparados en el anonimato o en la aparente impunidad, difaman y desacreditan sin consecuencias. Durante su intervención en el programa El Ritmo de la Mañana, Vargas afirmó que “quienes estamos en los medios tenemos un límite establecido que deben respetar”.
El comentario de Vargas, surgió a propósito de recientes acciones legales emprendidas por la viceministra Milagros de Camps, quien ha sido víctima de una campaña de descrédito en redes sociales. Vargas defendió el derecho a la libertad de expresión, pero advirtió que esa libertad no puede ser confundida con el libertinaje. “No todos somos iguales, aunque estemos en el mismo lugar. Hay reglas, hay leyes, y la dignidad del otro merece respeto”, expresó.
Asimismo, criticó el rol que jugaron algunos sectores políticos en el auge de figuras mediáticas cuya práctica era “la destrucción de reputaciones como método de anulación del adversario”. En ese sentido, recordó que muchos de los llamados “sicarios mediáticos” se valieron del respaldo institucional para difundir informaciones sin base ni responsabilidad.
Alberto Vargas reconoció que el auge de plataformas digitales ha permitido la proliferación de nuevos comunicadores, pero advirtió sobre los peligros de actuar sin conciencia ética: “Esto empezó a desbordarse cuando las redes comenzaron a dejar dinero. El que no tiene formación, ni límites, termina dañando a otros”.
Finalmente, subrayó que los instrumentos legales existen y están comenzando a aplicarse con más frecuencia, lo que envía un mensaje claro a quienes abusan de su poder comunicacional: “El anonimato no es protección. Las consecuencias existen, y hay que aprender a convivir con responsabilidad en los medios”.
Libertad de expresión
La libertad de expresión en la República Dominicana está consagrada en la Constitución como un derecho fundamental, pero su ejercicio está sujeto a límites legales para proteger el honor, la intimidad, y la reputación de las personas. Aunque existe un entorno relativamente libre para los medios y las redes sociales, periodistas y comunicadores enfrentan desafíos, como amenazas, demandas por difamación y presiones políticas.
En los últimos años, el auge de las redes ha generado debates sobre los límites entre la crítica legítima y la difamación. Las autoridades y figuras públicas han comenzado a usar mecanismos legales para responder a ataques considerados calumniosos, lo que ha reabierto la discusión sobre el equilibrio entre libertad de expresión y responsabilidad comunicacional.