Después de casi 20 años en prisión, Israel Vallarta fue liberado y absuelto del cargo de liderar la supuesta banda de secuestradores conocida como “Los Zodíaco”. Su salida del penal del Altiplano fue marcada por un emotivo reencuentro con su familia, luego de una batalla legal que se convirtió en uno de los casos más controversiales de la justicia mexicana contemporánea.
El mexicano Vallarta fue detenido en diciembre de 2005 junto a la ciudadana francesa Florence Cassez, en un operativo que posteriormente se reveló como un montaje mediático organizado por la Policía Federal bajo el mando de Genaro García Luna, hoy preso en EE.UU. por delincuencia organizada. En 2013, Cassez fue liberada por orden de la Suprema Corte, mientras Vallarta permaneció tras las rejas hasta recibir su absolución total.
Aunque su liberación ha sido celebrada por sectores que denunciaban irregularidades, las víctimas del caso, hoy fuera del país, podrían apelar junto a la Fiscalía. El proceso sigue abierto a posibles recursos legales, dejando en suspenso si esta es la última página de una historia marcada por denuncias de corrupción, violaciones al debido proceso y profundas fracturas institucionales.
La defensa de Israel Vallarta ha sostenido durante años que su detención fue ilegal y que las pruebas en su contra fueron manipuladas. Diversas investigaciones periodísticas respaldaron esta versión, señalando que tanto él como Florence Cassez fueron arrestados antes del operativo televisado y posteriormente llevados al rancho “Las Chinitas” para escenificar un falso rescate. Este montaje, transmitido en vivo por medios nacionales, fue ampliamente criticado y señalado como una violación flagrante de derechos humanos.
La figura de Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad Pública, ha estado en el centro del escándalo. Su rol en la fabricación del caso ha sido señalado como una muestra del uso político de la justicia y la manipulación mediática. Ahora, con García Luna condenado en Estados Unidos, el caso Vallarta toma un nuevo giro que reaviva el debate sobre la impunidad, la corrupción policial y las fallas estructurales del sistema judicial mexicano.
La liberación de Vallarta también ha generado una ola de reacciones divididas en la opinión pública. Mientras activistas y defensores de derechos humanos la celebran como una victoria tardía de la justicia, familiares de las víctimas la consideran una afrenta a su sufrimiento. En cualquier escenario, este caso seguirá siendo un símbolo de las complejas tensiones entre verdad, justicia y poder en México.