El miércoles 6 de septiembre, en la Urbanización Las Praderas, ubicada en el kilómetro 25 de la autopista Duarte, se desencadenó un trágico episodio que ha dejado a todos consternados. Edward Echevarría, un hombre identificado como el agresor, tomó la vida de su esposa, Janal de la Cruz, antes de quitarse la suya propia.
Ana de la Cruz fue encontrada sin vida en su habitación, y su cuerpo yacía boca abajo en una cama. Por otro lado, el cuerpo de Edward fue hallado sin vida, colgado en la puerta de la misma habitación.
De acuerdo con informes de familiares, la relación entre la pareja había sido conflictiva, y Anal había intentado escapar previamente de la presunta violencia doméstica que sufría.
De hecho, el sábado 26 de agosto, había ausentado de su hogar con la intención de huir hacia Bonao. Sin embargo, lamentablemente, regresó al apartamento el jueves 31 de agosto, después de una aparente reconciliación con su marido.
En este momento, la familia de ambas víctimas se encuentra fuera del edificio, rodeada por un equipo del Instituto Nacional de Ciencias Forenses y Nacif, que ha procedido al levantamiento de los cuerpos.
Además, la Dirección Central de Investigaciones Criminales de la Policía Nacional está llevando a cabo las investigaciones pertinentes para esclarecer los detalles de esta trágica situación.
Violencia en República Dominicana
La inseguridad ciudadana es una preocupación cada vez más apremiante en muchos países de América Latina, donde la violencia en sus diversas formas ha experimentado un preocupante aumento, dando lugar a lo que se ha denominado la “epidemia del siglo presente”.
Nuestra nación no es una excepción a esta situación alarmante, que merece la atención de todos los sectores de la sociedad. En República Dominicana, al igual que en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, la violencia, la delincuencia y la inseguridad ciudadana se han convertido en temas de alta prioridad en la agenda de discusión nacional.
Es alentador destacar que República Dominicana ocupa el quinto lugar en la región con los niveles más bajos de homicidios. Esto se traduce en una tasa de 11.1 homicidios por cada 100,000 habitantes, una cifra significativamente inferior al promedio regional de 20.4 homicidios por cada 100,000 habitantes.
Entre los países de América Latina, solo Chile, con una tasa de 3.6, Nicaragua con 5.7, Paraguay con 7.4 y Uruguay con 8.5 superan a República Dominicana en cuanto a la seguridad ciudadana, según los informes oficiales de las respectivas fuerzas policiales y registros oficiales de estos países.
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