Franklin Díaz, economista y experto financiero, alertó sobre la creciente tendencia hacia la sustitución del efectivo por activos digitales, destacando que este fenómeno será cada vez más prominente en los próximos años. Díaz señaló que la política monetaria actual de la República Dominicana debe adaptarse a la digitalización financiera, ya que los mecanismos tradicionales de control, como la manipulación de la tasa de interés, ya no son suficientes frente al avance de las criptomonedas y otros activos digitales.

Explicó que, aunque en décadas pasadas la política monetaria se centraba en controlar la circulación del dinero físico, hoy en día el panorama ha cambiado radicalmente con la introducción de criptomonedas, pagos digitales y la libre convertibilidad de divisas a través de plataformas como tarjetas de crédito y billeteras digitales. “No podemos seguir utilizando los mismos mecanismos que se usaban en los años 70 cuando el efectivo era la principal forma de pago”, indicó Díaz, quien también recordó que países desarrollados ya han implementado regulaciones a estos nuevos instrumentos financieros.

El economista destacó que, en lugar de intentar controlar el efectivo, los gobiernos y bancos centrales deben enfocar sus esfuerzos en regular y adaptar el sistema financiero a esta nueva realidad digital. Con el aumento de los criptoactivos, aseguró, la interconexión de estos sistemas con la banca tradicional está siendo cada vez más evidente, lo que demanda un enfoque más moderno y flexible en las políticas monetarias.

Díaz advirtió, además, sobre el mercado gris de transacciones digitales no reguladas en la República Dominicana, un fenómeno que, aunque no necesariamente ilícito, se encuentra fuera del control oficial. A medida que la digitalización avanza, las implicaciones para la política monetaria local se vuelven más complejas, y la necesidad de adaptar las regulaciones a esta nueva era financiera se hace cada vez más urgente.

Este análisis se presentó en un contexto donde expertos han señalado que el uso de activos digitales puede ofrecer una alternativa más eficiente y segura al efectivo tradicional, aunque también conlleva desafíos regulatorios y de seguridad que deberán ser abordados con urgencia.