En medio de una temporada marcada por intensas olas de calor, los miniventiladores personales se han convertido en una de las soluciones más buscadas para combatir las altas temperaturas. Estos dispositivos, antes comunes en países asiáticos, han ganado terreno en América y Europa, impulsados por tendencias en redes sociales como TikTok y plataformas de compras en línea como Shein y Temu.

Con precios que rondan los 10 dólares, los ventiladores portátiles han visto un incremento significativo en las búsquedas en Google en la última década. Expertos estiman que su valor en el mercado mundial podría duplicarse en los próximos ocho años, alcanzando más de mil millones de dólares. Sin embargo, la actual extensión en la reducción de aranceles que mantiene sus precios bajos podría expirar a fin de mes, lo que generaría un aumento en su costo.

Aunque son prácticos y accesibles, algunos modelos han recibido críticas de organizaciones medioambientales por el uso de materiales no reciclables y baterías de corta vida útil. Aun así, su popularidad sigue creciendo como una alternativa cómoda, portátil y asequible para enfrentar el calor extremo.

El auge de estos dispositivos está estrechamente ligado al cambio climático y al incremento sostenido de las temperaturas globales. Según especialistas, cada vez más ciudades experimentan periodos prolongados de calor extremo, lo que impulsa a los consumidores a buscar soluciones inmediatas y de bajo consumo energético frente al alto costo del aire acondicionado. Los ventiladores personales, que pueden funcionar con baterías recargables o conexión USB, ofrecen portabilidad y eficiencia, características muy valoradas en entornos urbanos y durante actividades al aire libre.

Las redes sociales han jugado un papel clave en su popularización. Influencers y creadores de contenido muestran en videos cómo estos dispositivos se convierten en aliados indispensables para eventos masivos, viajes en transporte público y hasta rutinas de ejercicio al aire libre. Esta visibilidad ha generado una especie de “efecto moda”, en el que no solo importa su funcionalidad, sino también el diseño y los colores, lo que ha impulsado a fabricantes a diversificar modelos y estilos.

Pese a las críticas medioambientales, algunos productores ya están apostando por materiales reciclados y sistemas de carga más duraderos, con el objetivo de reducir su huella ecológica y responder a consumidores cada vez más conscientes. Mientras tanto, con las previsiones de calor extremo para los próximos veranos, todo apunta a que la demanda de ventiladores personales seguirá en aumento, consolidándose como un accesorio casi imprescindible en el día a día.