Washington.— En un giro significativo en los controles migratorios, Estados Unidos puso en marcha desde este viernes un sistema ampliado de verificación biométrica que impacta a todos los extranjeros que ingresen o salgan del país por aire, tierra o mar, como parte de una nueva normativa del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) orientada a reforzar la seguridad fronteriza.

La medida autoriza a las autoridades estadounidenses a tomar fotografías y recopilar datos biométricos —como huellas dactilares y rasgos faciales— en aeropuertos, pasos terrestres y puertos marítimos. El procedimiento, anunciado en octubre pasado, comenzó a aplicarse tras su entrada en vigor esta semana y busca mejorar el control y la identificación de viajeros no ciudadanos.

Uno de los cambios más relevantes es la eliminación de exenciones que estaban vigentes hasta ahora. A partir de la nueva regla, el reconocimiento facial también se aplicará a menores de 14 años y a personas mayores de 79, grupos que anteriormente quedaban fuera de este tipo de controles, ampliando así el alcance del sistema a prácticamente todos los extranjeros.

De acuerdo con información difundida por la agencia EFE, la normativa abarca a residentes permanentes, personas con estatus temporal, trabajadores extranjeros y visitantes, sin distinción de edad. El DHS sostiene que la recolección de estos datos permitirá verificar con mayor precisión la identidad de quienes ingresan y salen del país, así como confirmar el cumplimiento de los plazos de estadía autorizados.

Las autoridades estadounidenses justifican la implementación del sistema en razones de seguridad nacional. Entre los objetivos citados figuran la detección de potenciales amenazas terroristas o criminales, la prevención del uso fraudulento de documentos de viaje y el fortalecimiento de los mecanismos para combatir la permanencia irregular de visitantes en territorio estadounidense.

Según el Gobierno, la integración de controles biométricos en todos los puntos de entrada y salida contribuirá a un manejo más eficiente y confiable de la información migratoria, consolidando un modelo de vigilancia fronteriza más estricto y tecnológicamente avanzado.