Las autoridades de Nueva York investigan una nota encontrada en la escena del mortal tiroteo ocurrido este lunes en pleno corazón de Manhattan, donde cinco personas, incluido el atacante, perdieron la vida. El autor del ataque, Shane De Bontamura, de 27 años, viajó desde Las Vegas hasta la ciudad para irrumpir en un edificio de oficinas donde funciona, entre otras, la sede de la NFL. Allí abrió fuego contra varios presentes antes de quitarse la vida.

Según reportes preliminares, De Bontamura dejó una nota en la escena que ha encendido nuevas líneas de investigación. En ella, el atacante expresó su enojo por supuestos problemas de salud mental que, según planteó, podrían estar relacionados con su paso por el fútbol americano. En particular, mencionó la encefalopatía traumática crónica (CTE), un trastorno cerebral degenerativo asociado a repetidos golpes en la cabeza, lo que ha generado alarma entre autoridades y especialistas.

Entre las víctimas se encuentra un oficial de policía de 36 años, padre de dos hijos, que se encontraba en turno extra al momento del ataque. También resultó gravemente herido un empleado de la NFL. La tragedia ha sacudido a la ciudad y abierto un debate sobre salud mental, violencia armada y el impacto a largo plazo del deporte de contacto.

Las autoridades siguen trabajando para esclarecer los motivos detrás del ataque y han prometido una investigación exhaustiva sobre la veracidad de las declaraciones en la nota, así como sobre el historial médico y personal del agresor.

El atacante, identificado como un exjugador universitario, había mostrado en redes sociales señales de inestabilidad emocional y frustración por su deterioro mental en los últimos años. Investigadores revisan ahora sus publicaciones, correos electrónicos y comunicaciones recientes para determinar si hubo señales de advertencia que pudieron haberse pasado por alto.

Expertos en salud mental y neurociencia han reaccionado a lo expresado en la nota, señalando que si bien la encefalopatía traumática crónica (CTE) solo puede diagnosticarse de manera definitiva después de la muerte, existen síntomas reconocidos que pueden afectar gravemente el comportamiento, la memoria y el control emocional. Esta posibilidad ha renovado el debate sobre la seguridad en el deporte de alto impacto y la necesidad de mayor atención médica y psicológica para los atletas retirados.

Mientras tanto, la ciudad de Nueva York se mantiene en luto, con una vigilia programada en honor a las víctimas. El alcalde y el Departamento de Policía han expresado su solidaridad con las familias afectadas y reiteraron su compromiso con medidas más estrictas para la prevención de hechos similares. La tragedia ha reavivado las discusiones sobre el control de armas, salud mental y protección en espacios públicos altamente concurridos.