Ciudadanos y especialistas en salud mental advierten que es indispensable realizar una intervención inmediata para rescatar a decenas de personas que viven bajo puentes y pasos elevados en la capital. Estas personas, muchas con trastornos mentales y sin acceso a servicios, enfrentan condiciones insalubres y vulneraciones de derechos básicos.

De acuerdo con reportes locales, más de 50 personas, incluyendo individuos con enfermedades psiquiátricas, ancianos y consumidores de sustancias, se refugian en áreas como la avenida Máximo Gómez, el puente Presidente Peynado o el elevado de la 27 de Febrero. Allí duermen entre cartones bajo estructuras al aire libre, en condiciones infrahumanas sin apoyo institucional.

Expertos en salud mental y trabajo social señalan que la estrategia debe combinar atención directa en calle con modelos de intervención integrales. Equipos móviles interdisciplinarios son recomendados para contacto y detección, seguidos de planes de apoyo y seguimiento individualizado. Algunas experiencias internacionales, como el modelo Housing First, ya han probado ser efectivas al proporcionar vivienda primero y atención continuada, mostrando mejoría en salud mental y reducción de cronificación de la indigencia.

También se destaca la urgencia de superar la desconfianza institucional y el estigma que estas personas enfrentan. Es esencial coordinar entidades gubernamentales, salud mental, servicios sociales y organizaciones comunitarias para construir vínculos de empatía y confianza, y garantizar una respuesta sostenible y con dignidad. La intervención no debe ser puntual ni punitiva, sino basada en el respeto, derechos humanos y apoyo profesional continuo.

Los ciudadanos también han alzado su voz, mostrando preocupación por la inseguridad, el deterioro urbano y la falta de respuesta institucional ante una problemática que va en aumento. Piden a las autoridades del Ministerio de Salud Pública, CONADIS y organismos municipales tomar cartas en el asunto, no solo por razones de salud mental y dignidad humana, sino también por el impacto social y visual que representa esta situación en zonas céntricas y de alto tránsito de la ciudad.