El Gobierno dominicano, a través del Ministerio de la Vivienda, ha ordenado el cierre de varios comercios de origen chino debido a fallas en sus estructuras que representan riesgos de colapso.
La medida afecta, además de comercios, a otros establecimientos como discotecas y responde a la necesidad de garantizar la seguridad de las personas que frecuentan estos lugares. Entre los problemas detectados están zapatas y columnas deficientes, así como materiales inadecuados que podrían poner en peligro la integridad de clientes y empleados.
Durante el debate en el programa Hoy Mismo, el ministro Carlos Bonilla enfatizó que la medida no tiene un enfoque dirigido a un grupo específico, sino que busca corregir irregularidades en construcciones de gran envergadura, muchas de las cuales se levantan con rapidez y sin los estudios previos adecuados. El caso cobra relevancia tras incidentes previos que evidencian los riesgos de estructuras mal construidas.
El comunicador del programa resaltó que, históricamente, el Estado no había controlado estas edificaciones durante su construcción, lo que permitió el surgimiento de estructuras amplias y llamativas sin supervisión suficiente. A través de esta acción, se exige a los propietarios la presentación de planos y certificaciones estructurales para garantizar la seguridad antes de reabrir los negocios.
La medida también forma parte de un esfuerzo general para combatir prácticas irregulares, incluyendo la evasión de impuestos y permisos, independientemente de la nacionalidad de los propietarios. Autoridades insisten en que el objetivo es proteger la vida de los ciudadanos y asegurar la equidad en la competencia comercial, más allá del origen de los comerciantes afectados.