El Tribunal de Santiago condenó a 30 años de prisión a Rafael Antonio García, encontrado culpable de asesinar a su suegro Isidro Manuel Ovalle Santos mediante una batida de zapote envenenada. El hecho, ocurrido en noviembre de 2015 en la comunidad de Palmarejo, municipio Villa González, también afectó a Nieves Carolina Ovalle, hija de la víctima, quien resultó intoxicada al consumir parte de la bebida.
De acuerdo con el Ministerio Público, García actuó con premeditación al mezclar una sustancia tóxica en la batida que ofreció a su suegro, causando su muerte poco después de ingerirla. Los jueces encontraron suficientes pruebas para declarar su culpabilidad por el delito de envenenamiento, tipificado en los artículos 301 y 302 del Código Penal Dominicano.
Además de la pena de 30 años de reclusión, que deberá cumplir en el Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey Hombres, el condenado fue sentenciado al pago de una indemnización de dos millones de pesos a favor de los familiares de las víctimas. El caso ha generado gran conmoción en la provincia por la crueldad del acto.