El presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió este jueves apoyo al gobierno de Venezuela para enfrentar la creciente violencia en la región fronteriza del Catatumbo. En un mensaje publicado en su cuenta de la red X, Petro reveló que había mantenido una conversación con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, para establecer un plan conjunto de erradicación de las bandas armadas que operan en la zona. La violencia, que ha escalado en los últimos días, ha resultado en más de 80 muertes y 36,000 desplazados.

El mandatario colombiano destacó la importancia de la cooperación entre ambos países para desactivar las guerrillas y disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que operan en la región. La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), junto con facciones disidentes de las FARC, ha estado librando combates con el fin de controlar el tráfico de cocaína, cuyo destino final es en gran parte Venezuela, lo que convierte al Catatumbo en una de las rutas más importantes para el narcotráfico.

Debido al recrudecimiento de la violencia, Petro suspendió las negociaciones de paz con el ELN y declaró que el país entraría en estado de conmoción interior. La Fiscalía General de la Nación reactivó las órdenes de captura contra los líderes del ELN y anunció que solicitaría la extradición de los responsables que se encuentren fuera del país, incluidos aquellos que se encuentren en Cuba, Venezuela u otras naciones que sirvan como refugio para los rebeldes colombianos.

El presidente también indicó que la situación en la frontera ha alcanzado niveles alarmantes, con masacres y enfrentamientos en varias zonas, como lo demuestra el caso reciente en el municipio de Argelia, Cauca, donde una motocicleta cargada con explosivos estalló al paso de una patrulla militar, dejando al menos cinco personas heridas. En cuanto al desplazamiento, más de 1,580 colombianos han cruzado hacia Venezuela en busca de refugio.

Las fuerzas militares de Colombia están concentradas en rescatar a los pobladores de las zonas más afectadas por el conflicto, pero aún no han logrado forzar el repliegue de los grupos armados ilegales. El Ministerio del Interior, por su parte, aseguró que algunos municipios en la región noreste del país pasarán a la ofensiva para retomar el control territorial y brindar mayor seguridad a los civiles.

La situación en la frontera, marcada por la presencia de guerrilleros, narcotraficantes y desplazados, sigue siendo un desafío crucial para las autoridades colombianas.