La posible fusión entre el Ministerio de Educación (Minerd) y el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) ha generado preocupación, ya que podría desencadenar una ola de jubilaciones, pensiones y despidos masivos. De acuerdo con expertos, esta integración no solo busca unificar funciones, sino también generar economías en la administración pública, dado que el Estado enfrenta la necesidad de reducir gastos.

Ángel Hernández, actual ministro de Educación, aclaró que las universidades mantendrán su autonomía académica y administrativa, negando que la unificación represente una sobrecarga administrativa difícil de manejar. No obstante, la oposición y otros sectores han expresado inquietudes sobre la “hipertrofia” del aparato estatal y el impacto que esta fusión podría tener en el personal de ambas instituciones.

Aunque las autoridades aseguran que la medida no es exclusivamente económica, la realidad es que muchas personas podrían verse afectadas, ya sea mediante jubilaciones anticipadas o despidos, lo que abre un debate sobre las consecuencias sociales y laborales de esta reorganización en el sector educativo.