La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, calificó a México como un “adversario extranjero” durante una audiencia del Comité de Asignaciones del Senado, citando el tráfico de fentanilo como una amenaza a la seguridad nacional estadounidense. Bondi afirmó que la administración Trump “no se dejará intimidar” y continuará protegiendo a EE. UU. de actores extranjeros, incluyendo a México, a quienes acusó de permitir el ingreso de drogas letales al país.
En respuesta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó las declaraciones de Bondi como “desinformadas” y reafirmó el compromiso de su gobierno con la cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico. Sheinbaum destacó que México está avanzando en la firma de un nuevo acuerdo de seguridad con EE. UU., resultado de la primera reunión celebrada en Washington en febrero, y subrayó que la colaboración debe basarse en el respeto mutuo y la soberanía nacional .
Estas tensiones se producen en un contexto de creciente presión de EE. UU. sobre México para que investigue y procese a políticos presuntamente vinculados al crimen organizado, incluyendo figuras del partido Morena de Sheinbaum. Aunque el gobierno mexicano ha negado tales vínculos, las relaciones bilaterales se mantienen tensas, con llamados a una mayor cooperación y respeto a la independencia judicial.
Estas declaraciones también han generado reacciones en sectores políticos y sociales dentro de México, que ven en las acusaciones una falta de respeto a la soberanía nacional y un obstáculo para la cooperación bilateral. Diversos analistas advierten que la criminalización del país como adversario puede complicar los esfuerzos conjuntos para combatir el narcotráfico y la violencia transnacional.
Por otro lado, autoridades mexicanas han reiterado su compromiso con la lucha contra el tráfico ilegal de drogas, enfatizando que esta problemática requiere un enfoque integral que incluya desarrollo social, fortalecimiento institucional y cooperación internacional basada en la igualdad y el respeto mutuo, lejos de confrontaciones políticas que puedan entorpecer los avances logrados.