Un aumento de 30 pesos al precio de la cerveza ha encendido el malestar entre comerciantes y consumidores, quienes aseguran que la medida golpea directamente el bolsillo en plena temporada navideña. Propietarios de colmados y bares afirman estar “al borde del colapso”, reportando pérdidas que aseguran rondan entre un 40 y 50 % debido a la caída en las ventas.

Durante un encuentro reciente, representantes del sector solicitaron al Gobierno restablecer la llamada “gracia navideña” y flexibilizar los horarios de operación desde la primera semana de diciembre hasta el 8 de enero. “Estamos al punto de la quiebra. Necesitamos del apoyo de ustedes, del horario y de esa gracia navideña”, expresó el presidente del gremio, quien calificó el momento como uno de los más difíciles para el comercio de bebidas en los últimos años.

Los propietarios piden operar una hora adicional de domingo a jueves y dos horas los fines de semana, con el objetivo de compensar el desplome en la rentabilidad. Mientras tanto, en los barrios el descontento es palpable: consumidores se quejan de que el tradicional “trago” de diciembre ya no rinde igual y que el aumento los obliga a limitar salidas y celebraciones.

A la situación se suma la presión de los suplidores, quienes también han ajustado sus precios debido al incremento en los costos operativos, transporte y materias primas. Los colmaderos aseguran que, aunque entienden parte de estas alzas, el aumento de 30 pesos en la cerveza es “desproporcionado” y termina afectando directamente a los sectores populares, donde la bebida es parte esencial de las celebraciones de fin de año.

En diferentes zonas del Gran Santo Domingo, consumidores coincidieron en que el precio actual “no hay quien lo aguante”, y muchos han optado por cambiar de marca, reducir el consumo o simplemente prescindir de la bebida en reuniones familiares. “Si antes uno compraba tres, ahora compra una… y con dolor”, comentó un residente de Villa Juana, reflejando el sentir de miles.

Comerciantes advierten que, de no implementarse medidas de alivio como la flexibilización del horario o incentivos temporales, la economía nocturna podría experimentar un desplome significativo durante las fiestas. Aseguran que la Navidad, que tradicionalmente dinamiza las ventas, podría convertirse este año en “la peor en una década” para el sector bebidas.