La deuda de los hogares estadounidenses alcanzó un nuevo máximo histórico durante el tercer trimestre del año, situándose en 18.59 billones de dólares, según el más reciente informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Este incremento refleja el creciente peso financiero que enfrentan millones de familias, especialmente por el uso de tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles y financiamiento de autos.

Entre junio y septiembre, la deuda en tarjetas de crédito aumentó en 24,000 millones de dólares, mientras que los préstamos estudiantiles crecieron en 15,000 millones. La alta inflación y los costos de vida han obligado a muchos estadounidenses a recurrir al crédito incluso para cubrir necesidades básicas como alimentos y transporte. “Una ida al supermercado puede costar casi 300 dólares, y la mayoría paga con tarjeta”, comentó una consumidora.

Los economistas advierten que las tasas de interés actuales en tarjetas de crédito son “horrorosas”, lo que agrava la carga de los deudores. Además, el cierre parcial del gobierno federal, que ya supera los 30 días, ha dejado sin sueldo a unos 2 millones de empleados, complicando aún más la situación económica de muchos hogares.

Expertos recomiendan a las familias ajustar sus presupuestos y priorizar el pago de las deudas más costosas, ya que no se espera una mejoría significativa en los niveles de endeudamiento antes de que termine el año.

A este panorama se suma el aumento constante en los precios de bienes esenciales, como los alimentos y la vivienda, lo que ha reducido el poder adquisitivo de los hogares. Muchos consumidores han tenido que optar por segundos empleos o trabajos adicionales para poder cumplir con sus compromisos financieros. “Tuve que agarrar otro trabajo para pagar la escuela; ya no son 100 ni 200 dólares, son miles cada mes”, expresó una joven afectada por el alza en los préstamos educativos.

De acuerdo con los analistas, este nivel de deuda podría representar un riesgo para la estabilidad económica del país, especialmente si las tasas de interés continúan elevadas y los salarios no logran compensar el costo de vida. En ese sentido, advierten que si las familias no ajustan sus gastos ni reciben apoyo financiero, el 2026 podría iniciar con un número récord de morosidades y un endeudamiento más difícil de sostener para millones de estadounidenses.