En una serie de operativos de interdicción desarrollados en comunidades de las provincias Valverde y Montecristi, soldados del Ejército de la República Dominicana detuvieron a 86 ciudadanos haitianos en condición migratoria irregular.

Las detenciones se llevaron a cabo durante labores de patrullaje en las localidades de Villa Elisa, Hatillo Palma, Laguna Salada y Mao, zonas donde con frecuencia se detectan movimientos irregulares de migrantes procedentes de Haití.

Entre los detenidos figuran 41 hombres y 45 mujeres, quienes fueron trasladados bajo custodia a la sede de la Cuarta Brigada de Infantería, con asiento en Mao, para los procedimientos correspondientes.

Posteriormente, los extranjeros fueron entregados a la Dirección General de Migración (DGM) para ser procesados conforme a los protocolos establecidos y repatriados a su país de origen.

Las autoridades militares informaron que estos operativos forman parte de un plan de vigilancia permanente en la zona fronteriza, con el objetivo de reforzar la seguridad nacional y prevenir el tráfico ilegal de personas.

El Ejército reiteró su compromiso de continuar las acciones conjuntas con la Dirección de Migración y otras agencias del Estado para garantizar el control fronterizo y el cumplimiento de las leyes migratorias dominicanas.

Migración haitiana

Actualmente, la migración haitiana en República Dominicana sigue siendo un tema de alta sensibilidad social y política. Miles de ciudadanos haitianos cruzan la frontera de manera irregular en busca de mejores condiciones de vida, empleo y acceso a servicios básicos, debido a la profunda crisis económica, política y de seguridad que atraviesa Haití. Según estimaciones de organismos internacionales, en el país residen cientos de miles de haitianos, muchos de ellos en situación migratoria irregular, concentrados principalmente en zonas agrícolas, de construcción y en comunidades fronterizas.

El Gobierno dominicano ha reforzado en los últimos años los operativos de control migratorio, incluyendo patrullajes militares, repatriaciones y mayores restricciones en la documentación. Esto ha generado tensiones en la relación bilateral y también debates internos sobre derechos humanos, seguridad y presión sobre los servicios públicos. A pesar de estas medidas, la frontera sigue siendo altamente vulnerable, y la migración haitiana continúa representando uno de los principales desafíos para el Estado dominicano.