Barahona.- En las montañas de Bauruco, cada amanecer, los mineros descienden en busca del larimar, la única piedra semipreciosa que nace en territorio dominicano y que representa estabilidad económica y sustento familiar para miles de familias. A pesar de los riesgos que implica su extracción, los trabajadores confían en la protección divina para llevar a cabo su labor.
La minería del larimar no solo sostiene a los mineros, sino también a una amplia red de joyeros y artesanos dominicanos que han hecho de esta piedra un estilo de vida. Desde el Infotec, más de 1,000 artesanos y joyeros han recibido capacitación, de los cuales el 45% son mujeres, promoviendo así la formación y profesionalización en el trabajo con esta gema única.
En el último año, la exportación de larimar se triplicó, pasando de 95,480 libras en 2024 a 291,340 libras hasta noviembre de 2025, según datos del Ministerio de Energía y Minas. Además, los mineros artesanales cuentan por primera vez con un seguro de vida colectivo, una medida inédita a nivel mundial para este tipo de minería.
Muy cerca de las minas se encuentra la Escuela-Museo del Larimar, que sigue formando a quienes transforman la piedra en joyería, consolidando la tradición y promoviendo su valor cultural y económico. Este año, la piedra obtuvo la denominación “Origen Larimar Barahona”, un sello internacional que certifica su autenticidad y abre nuevos mercados a nivel global.
Los artesanos coinciden en que la regulación y promoción internacional son clave para estabilizar los precios, mientras llaman a un acuerdo colectivo que beneficie a todos los productores y garantice la sostenibilidad de esta actividad que combina tradición, arte y economía local.
A pesar de los desafíos, incluidos los daños ocasionados por fenómenos naturales que han afectado algunas minas, los productores mantienen la esperanza de un futuro próspero para el larimar. La comunidad minera trabaja en coordinación con autoridades y entidades educativas para fortalecer la seguridad y continuar impulsando esta joya que distingue a Barahona en el mundo.
El larimar no solo es un recurso económico, sino también un símbolo de identidad nacional y de la capacidad de los dominicanos para transformar los recursos naturales en oportunidades culturales y comerciales. Con cada piedra extraída y cada pieza de joyería creada, Barahona reafirma su tradición y legado en la escena internacional.