El exsacerdote católico Rogelio Cruz reaccionó con satisfacción ante la decisión de la Santa Sede de suspender las funciones administrativas del arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, calificando la medida como un acto de justicia y un paso importante para la Iglesia Católica en República Dominicana.
Durante declaraciones ofrecidas a medios nacionales, Cruz afirmó que la decisión del Vaticano representa “un gran paso para la Iglesia Católica Apostólica y Romana”, y sostuvo que a Ozoria “se le está dando lo que se merece”, ya que, según dijo, “no debió estar ahí donde estaba”.
“Esto es justicia divina. Ojalá que la iglesia retome el camino del servicio al pueblo, y no de servirse del pueblo, como ha pasado en los últimos tiempos”, expresó Rogelio Cruz.
La suspensión de Ozoria sorprendió a sectores religiosos y laicos, ya que fue acompañada por el nombramiento de monseñor Carlos Morel Diplán como arzobispo asistente o ayudante. Según una carta firmada por el propio Ozoria, Morel Diplán asume facultades exclusivas en los ámbitos económico y financiero, así como en la gestión del personal eclesiástico.
De acuerdo con el documento, la medida responde a una presunta mala administración económica dentro de la arquidiócesis, aunque el escrito subraya que Ozoria no fue amonestado y que acepta la decisión “en obediencia”, manifestando su fidelidad a la Iglesia y su deseo de servir “con humildad”.
Rogelio Cruz, por su parte, aseguró que la diócesis capitalina se encuentra “totalmente quebrada” y responsabilizó a la gestión de Ozoria de haber llevado la institución a una situación crítica por su “incapacidad para desarrollar una misión acorde con los tiempos actuales”.
La decisión del Vaticano marca un momento de tensión dentro de la jerarquía eclesiástica dominicana, al tiempo que abre un nuevo capítulo en la administración pastoral de la Arquidiócesis de Santo Domingo, una de las más importantes de la región.