Tubérculo Gourmet, el popular personaje de Raymond Pozo, presentó un monólogo satírico en el que vinculó con humor la polémica de Odebrecht con la cotidianeidad gastronómica del dominicano. Con ironía y frases contundentes, el personaje negó cualquier vínculo con la constructora y transformó el escándalo en una parodia sobre apetitos y responsabilidades públicas.

El segmento combinó crítica social y comedia: mientras arrancaba carcajadas, puso en evidencia la percepción pública sobre la corrupción y la impunidad, usando recursos populares para subrayar el reclamo ciudadano por transparencia. La pieza reforzó la vigencia del humor político en espacios masivos de entretenimiento.