Este domingo, la nave espacial Blue Ghost de la compañía privada Firefly alcanzó un importante logro al aterrizar con éxito en la Luna, uniéndose a las filas de misiones históricas que han tenido como objetivo explorar el satélite natural de la Tierra. Esta misión representa la segunda nave no tripulada de una empresa privada en llegar a la Luna, siguiendo los pasos de la nave Areses, que lo logró en 2024.
El aterrizaje, realizado en la madrugada del domingo, ocurrió dentro de un antiguo cráter lunar, y se logró sin contratiempos, a diferencia de otros intentos previos en los que las naves no lograron aterrizar correctamente. El módulo Blue Ghost, de 6.6 pies de altura y con cuatro extremidades estabilizadoras, logró posarse sobre la superficie lunar como estaba previsto, convirtiéndose en un avance crucial dentro de las misiones de exploración de la NASA, cuyo objetivo es allanar el camino para el regreso de los astronautas a la Luna bajo el programa Artemisa.
El robot de aterrizaje lleva a bordo 10 instrumentos científicos de la NASA y tiene la misión de recolectar muestras lunares, realizar imágenes en rayos X y capturar fotos de alta definición durante sus 14 días de operaciones. Entre las tareas previstas, el Blue Ghost también tomará imágenes del próximo eclipse lunar total, en el que la Tierra bloqueará los rayos del sol sobre la Luna durante aproximadamente 5 horas.
Los expertos destacan que el Blue Ghost representa una prueba significativa de que los esfuerzos de la NASA para involucrar a compañías privadas en la exploración lunar están avanzando. Además, la nave es capaz de tomar decisiones autónomas durante su misión, lo que marca un avance tecnológico respecto a las misiones anteriores, donde se requerían instrucciones manuales para cada movimiento.
Este éxito refuerza la creciente participación del sector privado en la carrera espacial, que ha estado marcada por hitos como el primer hombre en llegar a la Luna, Neil Armstrong en 1969, y por la participación de países como China, Japón, India, Emiratos Árabes Unidos e Israel en misiones recientes. La misión Blue Ghost simboliza la evolución de la tecnología y el potencial de futuras exploraciones lunares, con miras a la participación humana en el satélite natural en los próximos años.