En La Herradura, Santiago, una empleada de la banca Chelo logró frustrar un asalto la mañana del sábado gracias a su valentía y rápida reacción. La mujer relató que dos hombres llegaron en motocicleta y uno de ellos la encañonó simulando portar un arma de fuego, exigiendo dinero y su teléfono celular.

La víctima, creyendo en un inicio que se trataba de una pistola, entregó su celular. Sin embargo, al percatarse de que el delincuente en realidad tenía en sus manos un pedazo de varilla tipo posón, tomó un candado y le golpeó fuertemente. En medio de los gritos de “¡ladrón, ladrón!”, la comunidad acudió en su ayuda y persiguió al asaltante.

El presunto delincuente terminó reducido por los vecinos, quienes lo golpearon antes de que fuera detenido por las autoridades. “Gracias a Dios que no era una pistola”, expresó la empleada, aún alterada pero aliviada. El hecho refleja tanto el peligro que enfrentan trabajadores de bancas como la rápida respuesta comunitaria en defensa de sus ciudadanos.